sábado, 16 de junio de 2012 0 comentarios

¡QUE PADRE!


En el calendario de celebraciones aparece el tercer domingo de junio como Día del Padre, esta festividad es relativamente nueva en nuestro país y ha llegado a nuestro terruño con todas las implicaciones emotivas y comerciales que conlleva.

Hasta hace unas décadas, el sólo mencionar el nombre de papá era relacionar un ser adusto, inflexible, autoritario, temido y por lo mismo en muchos casos incomprendido.

Ahora utilizando el término padre, hasta se han acuñado frases para dar a entender que algo nos causa un impacto positivo, como: ¡Que padre está la película! ¡Tu automóvil está padrísimo! algunas ofensivas para indicar superioridad: ¡Yo soy tu padre! y otras muy cariñosas como cuando la amada exclama, ¡papacito!

Hoy en pleno siglo XXI, la imagen del padre ha dado un giro de 380 grados, antes ni siquiera pasaba por la imaginación verlo apoyando las labores domesticas como bañar a los hijos pequeños, cambiarlos de pañal, cargarlos en la calle, recoger los trastos de la comida, lavar los platos, asear la casa, hasta lavar y planchar la ropa. Hoy es usual ver a los padres de familia participar en las citadas labores y es digno mencionar que no es censurable, antaño las rígidas costumbres no permitían que los padres de familia abrazaran y besaran a sus hijos y más si estos eran varones, era mal visto!

Ahora esto no significa que el varón se haya feminizado, es que ha cobrado conciencia de su papel en el rol familiar y esto se refleja hasta en el número de prole que la pareja decide tener, encontrando que por regla general se tienen uno o hasta dos hijos, en comparación a los tiempos pasados en que las familias eran numerosas de hasta ocho o nueve hijos, según el dicho popular que dice: “los que Dios nos quiera mandar” y en la creencia que “donde come uno comen dos”.

Por supuesto que no todos los padres de familia son responsables o asumen su papel de verdaderos jefes de familia, aun  existen seres renuentes a participar en apoyo al hogar y además de ser irresponsables son agresivos, machistas y retrógradas, por lo general desahogan sus frustraciones en bares con los amigos de su calaña y todavía llegan al hogar a descargar su violencia con la familia, esposa e hijos, que deberían ser lo más sagrado para esos entes.

Pero volviendo a la celebración que nos ocupa, que bueno que ya se reconoce la actitud positiva de muchos jefes de familia, vaya nuestro reconocimiento y nuestra felicitación en este día para todos ellos y asimismo nuestro recuerdo imperecedero a quienes se nos han adelantado en el viaje sin retorno, que sus buenos ejemplos nos sirvan de guía en el camino de la vida que ahora nos toca transitar.

Y a los vástagos los exhortamos a respetar, obedecer  y venerar sus papás, porque una vez idos todos sin excepción exclamamos ¡Tan bueno que era mi padre!
 
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