miércoles, 22 de agosto de 2012

VIERNES DE CUARESMA EN OAXACA!



De nueva cuenta ha llegado la Cuaresma.

 Como todos los años llega a mi querida provincia oaxaqueña, con su cargamento de calor sofocante y sus antañonas tradiciones, con sus aromas a trébol, poleo y romero, con las aguas frescas de sabores de su inigualable Samaritana, con sus exquisitas comidas de vigilia, con su pan bendito y sus procesiones de palma y cirios chisporroteantes…

Por principio os debo decir que durante seis de los siete viernes que la conforman, se efectúan los tradicionales Viernes del Llano aunque el último o sea el sexto, viernes de Dolores, se acostumbraba efectuar en la Alameda de León en el centro histórico de esta bienamada urbe. 

El Llano, conocido también como Paseo Juárez, es un lugar arbolado y con trabajos de jardinería, andadores, fuentes y en el centro en una hermosa rotonda la estatua de Don Benito Juárez, benemérito de las Américas y quien tiene a sus plantas la infame corona de la fallida monarquía;  el patricio es coterráneo de los que en este glorioso estado vivimos. 

Antaño,  me refiero a los recientes siglos pasados, los habitantes de esta ciudad, acostumbraban asistir a misa a los templos de Jalatlaco y EL Patrocinio, acompañados por los miembros de sus familias, incluyendo por supuesto a las guapas oaxaqueñas de aquellos ayeres; como era una época en que las normas religiosas y familiares restringían a los jóvenes tener una comunicación más libre que la que ahora existe, se cuidaba que los mancebos no se acercarán a las señoritas y por consiguiente no se les permitía salir solas a la calle y menos hablar con desconocidos. 

Así que nuestros abuelos se las ingeniaron para ver a las recatadas damitas al salir de misa los domingos y días festivos o de guardar, y  alguien tuvo la feliz ocurrencia de obsequiar un ramo de frescas flores, flores traídas de la Trinidad de las Huertas, barrio hortelano y floricultor en aquella época; sólo que oculta entre las flores iba una misiva dirigida a la dueña de sus desvelos y de esta forma se pudieron establecer incontables romances, de los cuales muchos terminaron en el altar, la costumbre se generalizó y aunque suponemos que los inflexibles padres de la agraciada se enteraron, se hicieron  los desentendidos y en muchos casos se sintieron halagados de tener una hija hermosa y solicitada. 

En recuerdo a aquellas osadas aventuras, se fue estableciendo la costumbre de efectuar un paseo matinal en los andadores del Llano los viernes de cuaresma, donde las  damitas reciben ramos de fragantes flores como tributo a su hermosura y donaire, paseo que es acompañado de las interpretaciones de música regional por la Banda de Música del Estado o la Marimba del Estado, seleccionándose  ahí mismo, a una madrina del Viernes de Cuaresma, elección que recae en la más agraciada y que por consiguiente recibió más flores. 

Esta es una singular tradición que debemos conservar y acrecentar porque hasta donde se sabe, es única en México y en el mundo.

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