HISTORIETAS O PASQUINES

Una de las sanas diversiones de antaño y que ahora ha caído en desuso es la lectura de historietas.
 Allá a mediados del siglo XX, esta diversión estuvo muy extendida entre la tranquila población oaxaqueña, aunque me atrevo a decir que en todo el orbe.
Era común ver en las esquinas de las calles, parques, alrededores de las escuelas, mercados; "puestos" conformados por un bastidor de madera al cual se sujetaban cordeles de lado a lado y ahí colocaban las revistas a las cuales los "muchitos" de entonces les llamábamos  "cuentos",

mismos que eran alquilados y/o vendidos. Cuando eran comprados su valor oscilaba ente un peso o un peso con cincuenta centavos, si era alquilado, el costo era de diez centavos por lectura, y ante la escasez de efectivo, los chamacos de entonces alquilábamos un cuento y lo leíamos entre dos, tres y a veces hasta entre cuatro pares de ávidos ojos. Para ello se nos proporcionaba un banquillo de madera y si no había, pos a ras de suelo, jejejeje.
Pero eso si, esperábamos con verdaderas ansias la aparición de nuestros cuentos preferidos que por lo general eran editados por episodios, es decir, aparecían semanal o quincenalmente.
Por ese entonces, nos deleitábamos con la lectura de: La Familia Burrón, Santo el enmascarado de plata, El Llanero Solitario, los personajes de Walt Disney, Superman el hombre de acero, entre otras.
Nuestra diversión era interrumpida muchas veces, con un sorpresivo jalón de orejas, cuando bien nos iba, u otro castigo corporal por nuestras abnegadas progenitoras, quienes ya nos habían sentenciado "que no perdiéramos el tiempo con babosadas", desde luego que mas tardaban en corregirnos que nosotros en regresar a leer nuestros famosos cuentos.
Ahora al paso del tiempo, reflexiono y concluyo que esas lecturas fueron benéficas para nuestra formación, puesto que desarrollábamos la imaginación y la capacidad lectora.
Esto es algo de lo sucedido en mi infancia y que quise compartir con vosotros! Salud!