Manuel Alarzón Aragón
Oaxaca la ciudad capital es una
zona de impresionantes monumentos virreinales y aunque hay algunos de otras
épocas y estilos, sobresalen por su número y belleza los heredados a la
Colonia.
Como es sabido, nuestra hermosa
ciudad fue fundada por los españoles al mando de Francisco de Orozco y Pedro de
Alvarado entre finales de 1521 e inicios de 1522.
En 1976 la ciudad fue designada
por decreto presidencial Zona de Monumentos Históricos y en 1987 fue declarada
por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Sobresalen por su monumentalidad
y arquitectura los templos del culto católico algunos con su correspondiente
monasterio o convento, así tenemos las obras de los dominicos, agustinos, franciscanos,
jesuitas, mercedarios, hospitalarios, carmelitas, capuchinas, la congregación
del oratorio y muchos templos que sin ser de una determinada orden forman parte
del acervo arquitectónico de la ciudad, como, El Marquesado, San José, Las
Nieves, La Soledad, Los Siete Príncipes, Guadalupe y su capilla anexa de Belén,
El Patrocinio, El Carmen de abajo, La Sangre de Cristo, Catedral, Consolación… entre
las construcciones civiles destacan la llamada Casa de Cortés, la Casa Fuerte,
la Casa de Villarraza, El antiguo palacio del Arzobispado, los portales del
zócalo, el Palacio de Gobierno, el Teatro Macedonio Alcalá, el Mercado Juárez
Maza, la Casa de Don Manuel Fernández de Fiallo, el edificio Central del
antiguo Instituto de Ciencias y Artes del Estado, la Biblioteca Pública de
Oaxaca, la Casa de la Ciudad, el Centro Cultural San pablo e innúmeras casas y
museos dignos de una detenida visita.
Durante mucho tiempo se ha
luchado contra los elementos naturales que tienden a destruir nuestro
patrimonio cultural, los terremotos, la erosión, incluso algunos animales
perniciosos como las palomas y otros
bichos que han contribuido a perjudicar los monumentos arquitectónicos, sin
embargo ha sido la mano del hombre la más destructora.
Durante la década de los sesenta,
avasallados por el espíritu de “modernidad”, en nuestro Oaxaca virreinal se
cometieron sendas tropelías al autorizar la construcción de edificios de varios
pisos en la zona de monumentos, así surgieron el edificio de Montajes, el de
Sears, y varios más que aun están de pie como un ultraje a nuestro pasado
histórico.
Algunas casonas no han sido
derribadas en su totalidad, pero han sufrido graves mutilaciones en sus
fachadas, como es el caso de los portentosos
zaguanes que ampliaron para que cupiera su majestad, ¡el coche! Otros edificios
han sufrido daños irreparables por la insensible barbarie de hordas primitivas
dizque luchando por sus “derechos”.
Pero lo más dramático, en pleno
siglo XXI, cuando la conciencia de la conservación de nuestro legado arquitectónico
debiera estar más a la vanguardia, se emprenden remodelaciones de templos y
monumentos sin ton ni son, constituyendo monstruosos atentados de lesa
humanidad, y así tenemos que a algunos templos como el de Nuestra Señora de las
Nieves o San Agustín, han sido intervenidos sin tomar en cuenta sus antecedentes
históricos y han aplanado sus venerables muros de cantera ocultándolos con
argamasa, siendo que la verde cantera es el símbolo distintivo de Oaxaca.
Desde esta tribuna que nos da la oportunidad
de expresar nuestros puntos de vista, solicitamos y exigimos al INAH y a las
autoridades correspondientes que tomen cartas en el asunto y se remedie y
detenga este tipo de bárbaros atentados en contra de nuestro legado histórico
cultural.
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