martes, 29 de mayo de 2012

QUE ESTA PASANDO CON NUESTROS MONUMENTOS?


Manuel Alarzón Aragón

Oaxaca la ciudad capital es una zona de impresionantes monumentos virreinales y aunque hay algunos de otras épocas y estilos, sobresalen por su número y belleza los heredados a la Colonia.

Como es sabido, nuestra hermosa ciudad fue fundada por los españoles al mando de Francisco de Orozco y Pedro de Alvarado entre finales de 1521 e inicios de 1522.

En 1976 la ciudad fue designada por decreto presidencial Zona de Monumentos Históricos y en 1987 fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Sobresalen por su monumentalidad y arquitectura los templos del culto católico algunos con su correspondiente monasterio o convento, así tenemos las obras de los dominicos, agustinos, franciscanos, jesuitas, mercedarios, hospitalarios, carmelitas, capuchinas, la congregación del oratorio y muchos templos que sin ser de una determinada orden forman parte del acervo arquitectónico de la ciudad, como, El Marquesado, San José, Las Nieves, La Soledad, Los Siete Príncipes, Guadalupe y su capilla anexa de Belén, El Patrocinio, El Carmen de abajo, La Sangre de Cristo, Catedral, Consolación… entre las construcciones civiles destacan la llamada Casa de Cortés, la Casa Fuerte, la Casa de Villarraza, El antiguo palacio del Arzobispado, los portales del zócalo, el Palacio de Gobierno, el Teatro Macedonio Alcalá, el Mercado Juárez Maza, la Casa de Don Manuel Fernández de Fiallo, el edificio Central del antiguo Instituto de Ciencias y Artes del Estado, la Biblioteca Pública de Oaxaca, la Casa de la Ciudad, el Centro Cultural San pablo e innúmeras casas y museos dignos de una detenida visita.

Durante mucho tiempo se ha luchado contra los elementos naturales que tienden a destruir nuestro patrimonio cultural, los terremotos, la erosión, incluso algunos animales perniciosos  como las palomas y otros bichos que han contribuido a perjudicar los monumentos arquitectónicos, sin embargo ha sido la mano del hombre la más destructora.

Durante la década de los sesenta, avasallados por el espíritu de “modernidad”, en nuestro Oaxaca virreinal se cometieron sendas tropelías al autorizar la construcción de edificios de varios pisos en la zona de monumentos, así surgieron el edificio de Montajes, el de Sears, y varios más que aun están de pie como un ultraje a nuestro pasado histórico.

Algunas casonas no han sido derribadas en su totalidad, pero han sufrido graves mutilaciones en sus fachadas,  como es el caso de los portentosos zaguanes que ampliaron para que cupiera su majestad, ¡el coche! Otros edificios han sufrido daños irreparables por la insensible barbarie de hordas primitivas dizque luchando por sus “derechos”.

Pero lo más dramático, en pleno siglo XXI, cuando la conciencia de la conservación de nuestro legado arquitectónico debiera estar más a la vanguardia, se emprenden remodelaciones de templos y monumentos sin ton ni son, constituyendo monstruosos atentados de lesa humanidad, y así tenemos que a algunos templos como el de Nuestra Señora de las Nieves o San Agustín, han sido intervenidos sin tomar en cuenta sus antecedentes históricos y han aplanado sus venerables muros de cantera ocultándolos con argamasa, siendo que la verde cantera es el símbolo distintivo de Oaxaca.

 Desde esta tribuna que nos da la oportunidad de expresar nuestros puntos de vista, solicitamos y exigimos al INAH y a las autoridades correspondientes que tomen cartas en el asunto y se remedie y detenga este tipo de bárbaros atentados en contra de nuestro legado histórico cultural.

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